domingo, 10 de octubre de 2010

Y continúa...

Los recuerdo de ese nefasto día vuelven con la suavidad de un saco de piedras.

"-¡Me prometiste!, ¡me lo prometisca maldita sea!- Gritaba mientras un tumulto de gente le afirmaba de los brazos, sus ojos, bañados en lágrimas reflejaba la desesperación de cuan dolida estaba.-¡lo hiciste y no cumpliste!


La gente que la sujetaba no le dejaba paso y eso le afectaba el doble, más angustia crecía en su pecho, más desesperación sentía. Los demás no sabían cuanto daño estaban haciendole sentir cada vez que le decían "Calmate, relájate"... no sabían cuán importante fue quien, ahora dentro de un cajón, la dejaba sola...sola.


Sin duda él era su único refugio quien ahora, frío e inmovil ignoraba cuanto dolor había dejado impregnado en ella y quizá cuántas personas. Cuando por un momento, corto, la sueltan en su mente retumbó la promesa que ella le dictó en una ocasión 'Si tu te suicidas, yo te pateo el cajón hasta que te despiertes', ella era persona de palabra y cumpliría su promesa. Corrió hasta el cajón y le dio una fuerte patada, la gente al rededor no supo como reaccionar, nadie se esperaba o sabría reaccionar cuando una persona patea el cajón de un ser querido.


-¡Despierta infeliz y da la cara!- lo pateó un par de veces más, el cajón solo se movía un poco, la nada misma y a cada patada que ella le daba al ataúd, era como si pateara su corazón una y otra vez -..¡Despierta por favor!, ¡te estoy diciendo que te despiertes!- gritaba una y otra vez, pero no había respuesta.


Nadie en el alrededor hizo nada, ni siquiera la familia se movió, tal vez también ellos querían patearle el cajón a ver si despertaba y todo volvía a se un mal sueño. Las piernas le tiritaban y las sentía acalambradas, se dejó caer al piso y lloró con vehemencia, las lágrimas caían hirvientes por sus mejillas y sus ojos le pesaban del cansancio de llorar...estaba cansada, su tristeza se estaba riendo en su cara al verla de esa manera tan endeble. La madre del muchacho que dormía en tan incomoda caja le puso una mano en el hombro, mientras ella seguía llorando en el piso como si le hubieran arrancado un trozo enorme de vida. Miró a la madre del muchacho con tristeza y pidiendo una exculpa por aquel alboroto causado.


La madre le dio unas palmaditas en el hombro 'ya no vuelve, pequeña... ya no vuelve. Mi niño se adelantó en su marcha, no hagas lo mismo tu...sabes cuanto te quería'. La punzada que sintió en el pecho fue indescriptible, la madre de su amigo tenía razón, él no volvería aunque viajara al limbo por él, porque de partida no quizo estar aquí. Se levantó del piso y se fue del funeral."

No fue al entierro, no tuvo fuerzas para ello, decir que estaba bien a cada momento la tenía más y más cansada. No fue a la escuela, ese día se prometió no volver a depender tanto de una persona.

"La vida continúa... al menos la mía."

jueves, 7 de octubre de 2010

Tantas cosas...

Desearía hacer tantas cosas, compartir tantas cosas, sentir tantas cosas, tantas cosas, tantas cosas, pero veo como el tiempo avanza, y yo con el, y las tantas cosas se quedan así... siendo tantas cosas.

Mirar un ocaso no sería tan dificil si la visión del panorama no estuviera cubierto con la triste y densa neblina que, a pesar del radiante sol, no me deja ver más allá de mi naríz ¿Qué pasa con mi ánimo tan fervorosamente vigoroso?, ahí está, donde siempre está, no se ha ido...que yo sepa. Solo se esconde, eso me consta. No, en realidad está más que claro. Al menos que algo esté claro entre tanta neblina.

Desearía hacer tantas cosas, cantar tantas cosas, conocer tantas cosas, tantas cosas, tantas cosas, pero veo como las cosas cambian y yo con ellas, y las tantas cosas se quedan así...siendo tantas cosas.

Sentir el amanecer acompañado es un lujo que cada vez veo más dificil, el cuerpo tibio que me acompa...ñaba, en las noches tristes de luna creciente, calorsillo... ese calorsillo. ¿qué abrá pasado con ese cuerpo tibio?, no lo sé, solo recuerdo que, a la última noche que le vi, me llamo "cobarde". Le acepté el comentario con los brazos abierto ¿En este mundo quién no lo es?.

Desearía hacer tantas cosas, escribir tantas cosas, tocar tantas cosas, tantas cosas, tantas cosas, pero como veo puedo concluir que el tiempo es una uva...¿Por qué? dirás tú, porque después pasa... Que linda conclusión, idiota, pero tiene sentido para mí. Da sentido a tantas cosas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cosas locas...

Hay cosas locas en esta vida que uno nunca espera vivir, tal vez no sean tan locas, mas si incomodas.
Como típico día Miér...coles, salí de Taller de Teatro, pero esta vez más temprano. Esperé un rato considerablemente largo que pasara el jodido bus que me deja en la parada cerca de mi casa. Cuando por fin se digno a pasar, creo que podría haber esperado a que pasara otro bus.
El bus estaba impregnado de multiples olores fuertes que me causaron un retorcijón estomacal. El olor a sudor de la gente, en el centro un fuerte olor a vomito me mareo un poco, "Calma", pensé "puede ser peor..." y en definitiva, si, puede ser peor y fue peor. Un bebé que estaba en brazos de su madre al costado derecho de mi, se puso a llorar a todo pulmón, no entendía como demonios podían llorar tanto y tan fuerte, el sonido agudo traspasaba el chirriante guitarreo de "Phobia" del grupo Kreator, pronto recordé que una personita me había comentado en alguna ocasión "si los bebés son una bolsa de aire comprimido". Eso me causó un poco de gracia, pero no me causaba gracia que la micro se estuviera llenando, asi que decidí torpenente irme hacia la parte de atrás de la micro. Grave error, me apoyé en una de las ventanas y miraba para todos lados, por aburrimiento... hasta que la cosa más loca que había visto durante la semana, estaba delante de mis ojos. Un chico, de no más de 15 años, se estaba masturbando en la parte trasera del bus. Primero me sorprendí (y quien no) luego me dió un poco de risa el hecho de suponer que no se pudiera aguantar las ganas, al cabo de un momento cuando el mocoso comenzó a dar pequeños soniditos (yo andaba mirando hacia fuera de la ventana y, escuchando música fuerte, lo escuchaba como "soniditos") lo único que deseaba con fervor era llevar a mi maldito paradero de una jodida vez.

Cuando por fin llegó el bus del mal a la parada, me bajé de prisa para primero olvidar la visión que acopañó mi "dichoso" viaje, cuando noté que él también se bajó de la micro apuré el paso, quería olvidar su cara de sicópata mientras hacía "ejercicio".

"oye 'rulos'" mencionó un par de veces mientras yo avanzaba cada vez más rápido, como alma que la persigue el diablo.Nadie quiere toparse con un sicopata amante de la masturbación en los buses. Le perdí de vista cuando crucé la calle, procuré escribirlo e intentar olvidar tan incomodo viaje. Hay cosas locas que uno no espera vivir... que curiosidades pueden ocurrir desde un paradero en Laguna Sur hasta la parada de la calle San Pablo.