sábado, 23 de enero de 2010

El anhelo de mi locura...

Aún sigo encerrado en mi habitación ¿Cuándo vendrá? hace dos días que no la veo...quiero verla, me golpeo en las murallas para olvidar su rostro,el de niña inocente que tiene. Me muerdo las manos para que dejen de pensar en palpar su piel.
 Las paredes de esta habitación acolchada me tienen mal, los golpes no sirven para olvidarla, las mordidas hacen que las manos la clamen aún más su piel. Grito, pero entre las paredes blancas se escucha un gemido desesperado. Dos hombres de blanco entran y uno de ellos me amarra a la que suelo llamar cama "¡la veré de nuevo!" Grito con una mezcla de ansidad y excitación ¡quiero verla de nuevo! ¡ver a mi precioso angel!. Los miro, no traen la jeringa que me hace verla "¿¡Donde está!? ¿¡Por qué no la traen!?" comienzo a moverme desesperado ¡¿Por qué no traen con ellos el elixir que me permite ver a mi angel!? muevo más fuerte mi cuerpo, grito con furia animal. Siento espasmos... quizá debería calmarme. No, no debía, tenía que ver a mi angel ¡hace dos días que no la veía! ¡es demaciado tiempo!.
 Uno de los dos sujetos al parecer escuchó mis suplicas y me injectó mi precioso y deseado elixir. para que por fín pudiera irme con mi amada. Se me nublo la vista, dejé de forcejear y cerré los ojos.
 Un susurro suave y delicado junto con un aliento dulce y tibio me despertó. Abrí los ojos y quien había osado despertarme me miró con una sonrisa que iluminó mi despertar... mi angel ¡mi dulce angel!. Me sente de inmediato, casi en automático en la cama y le miré.  Sus ojos esmeralda me hipnotizaban; sus cabellos negros, largos y finos bailaban con la briza del viento; su piel pálida reflejaba la luz del sol. No dude en saciar mi sed de tocar la piel, era tal cual como la recordaba. Le acaricié el rostro y ella cambió su mirada por una seria, pronto entreabrió los labios para pronunciar unas palabras que me apretaron el corazón como una enredadera de espinas "Esto se acabó, estas loco... y te estas muriendo" me volvió a sonreir y yo le mire con extrañesa, luego mire mi cuerpo... ahí, de donde me habían injectado corría un hilo de sangre. No se por qué comenzó a doler al igual que mi pecho, mi angel me seguía mirando sin decir nada más ¿Qué pasaba? ¿Por qué me sentía tan mal después de sus palabras? sin saber como ni por qué comenzé a convulcionar a su lado, me deje caer a la cama, abró la boca "¡¿Qué demonios pasa?!" grité, mi angel se me acercó y susurró en mi oreja "Te estas muriendo, loco. Te estas muriendo...abusaste de el elixir" mis ojos me ardian junto con mi pecho, las espinas de la enredadera se apretaban cada vez más y mi angel solo miraba. No, no la odiaba... esaba muriendo a su lado, aunque ella me mirara sin expresión, sin quererlo le sonrreí y ella me devolvio la sonrisa pero como último favor. Dí un suspiro y todo ello se borró.

viernes, 22 de enero de 2010

Lo efímero de esta etapa... aunque no sé lo que es.

 "Trabas" le llamamos... Yo soy "amigos" y tú eres "por ahí". Cuando la idea del compromiso atraviesa por nuestra mente automáticamente  se vá a la basura. Rodeados de gente somos amigos, a solas... amantes. Pero siempre en silencio.
 Los ojos braman por mirarse. Nuestros cuerpos ansian, aspiran y pretenden tocarse con frenesí; rozarse, acariciarse, desgastarse en un sin fin de caricias. Nos rehusamos a entender... desestimamos el hecho de decir lo que ya sabemos, esquivamos lo que el cuerpo manifiesta asegurando que no escuchamos lo que nos expresa. Haciendonos los ingenuos.
 Probablemente sea algo transitorio, efímero, fugaz o una simple etapa de nuestras vidas... pasando sutilmente para luego decir "adiós".
  Pero... no sabía que esta etapa me haría adicta de tus labios, de tu olor, de tu piel... de ti. No sabía que me causaría una presión en el pecho, no sabía que esa etapa podría darme el regocijo de dar a parar con quien podría darme una dicha desconocida para mí, enseñarme que hasta el ser más dañado puede renacer de a poco. Al igual que serías el único ser que podría arrancarme todo lo que diste para usarlo en mi contra... para hundirme en el más tórrido de los infiernos.
 Todo ello se queda en la custodia de nuestros labios... en reserva hasta que alguno de los dos cobardes infiera lo que sucede y se lo de a entender al otro. Aunque el otro también lo sabía.Tal véz cuando caigamos en cuenta de qué pasa... terminará, pero ¿Cómo acabar algo que ni siquiera ha comenzado?

jueves, 7 de enero de 2010

Fue más que tus manos en mi cuello...

¿Cuánto tiempo estuve deseando con fervor tus manos en mi cuello?


Quitándome el último de mis alientos, sonreias con satisfacción cuando pequeñas e insignificantes lágrimas salían bastardas de mis ojos y se paseaban lentamente por mis sienes. No, no sentía ninguna clase de dolor.... era todo lo contrario.

Llevé mis manos a tus brazos que seguían haciendo fuerza, la cual aumento cuando abrí mi boca sin intención ya que mis pulmones clamaban por una gota de oxigeno. Me miraste con ojos asesinos y yo te miré sabiendo que no sacaba nada con intentar detenerte... tampoco quería y ni tenía la intención de hacerlo, sentía recorrer por mi cuerpo el placer de no recibir oxigeno. Tú no apartabas la sonrisa de tus labios lo que me decía que disfrutabas el momento mientras mis pulmones se negaban a no recibir aire; bajaste tu rostro hasta unos centimetros del mio, para besar mis amoratados labios; mis manos subieron con lentitud por tus brazos dandoles una última caricia despidiendome de tu piel.

Mis vista comenzó a nublarse y mis pulmones dejaron de forcejear contra el destino que nosotros les estabamos dando, sentí cuando mi corazón me gritaba que ya no podía más... que se detendría. Fue entonces que cedí, deje caer mis manos encima de las tibias sabanas rojas enbozando una sonrisa complacida, tranquila y sin remordimientos mientras cerraba los ojos y mi corazón se detenía, entrando tranquila a la muerte.

Recibí esa invitación de tu parte, cuando pusiste tus manos en mi cuello y sin bacilar la acepte... de todos modos ¿Cuánto tiempo estuve deseando con fervor tus manos en mi cuello?

miércoles, 6 de enero de 2010

Miedo...

Eso... tan simple como eso "Miedo" ¿Por qué sentimos miedo? ¿A qué le sientes miedo? ¿Cuándo sabes que ya paso el miedo?
........................Ahora, yo tengo miedo.