martes, 12 de julio de 2011

Refugio de la cueva.

El malestar de estar encerrada dentro de esta cueva fría y llena de gente lo siento desde que tengo memoria. En mis muchos años, he aprendido a buscar nuevos lugares para pasar el día y también confiar mi seguridad a unos pocos, de los pocos en que confío y siempre me han dicho que no tienen problema en hacerce un espacio para mi. No sé qué tendrá este lugar que no me agrada, que no lo siento mío y solamente me siento una carga, en muchas ocasiones he pensado en tener una cueva especialmente para mí, para llamarle "Mi casa". Pero me he dado cuenta que cada día que pasa se hace más y más difícil.

Hay algo en su olor hoy que no quiere que yo esté aquí, creo que esta cueva me odia por alguna razón y no soy bienvenida, tal vez ese sea el motivo por el cual nunca quiero esta acá y me sienta tan agena. Miro por la ventana abierta hacia afuera, doy una leve sonrisa y siento como el viento frío de invierno me acaricia el rostro invitandome a salir de ahí, largarme aunque sea por el día a cualquier lugar que no sea esa cueva. Debo admitir que lo único que me gusta de esta cueva es que tiene vista hacia las montañas, se veían hermosas vestidas de un color nieve intenso, las ansias de salir aumentaron.

Me puse mi chaqueta, aunque no se me ocuría donde ir pronto lo haría, me despedí de la casa de forma general con un "hasta luego" porque sabría que volvería donde mismo, de todos modos no tenía donde llegar, en esa cueva vivía y a pesa de que tuviera unos refugios sabría que con el tiempo no sería recibida ahí, porque el tiempo pasa y las cosas cambian. Bajé las escaleras y corrí por los pasillos para salir.

Cuando llegué a la reja de salida di un pequeño saltito ¡estaba afuera!. No duró mucho mi alegría cuando me di cuenta que había logrado mi cometido de salir pero no tenía donde ir, entonces se me ocurrió que podía caminar hacia cualquier parte, total solamente tenía ganas de salir y no estar en la cueva...pero algo raro me comenzaba a apretar el pecho.

Mientras caminaba se iba formando en mi pecho una pequeña piedra pesada que me apretaba y me empezana a pesar, haciendo que sin querer caminara curvada.Me detuve, necesitaba sentarme. Miré a mi alrededor para buscar nada, luego se me ocurrió ver donde podría sentarme pero con la llovizna de la noche anterior me impedía sentarme en cualquier parte, asi que seguí con mi busqueda de algo que aún no sabía con la vista. Hasta que ví un teléfono y suena en mi cabeza "Un refigio....llama a algún refugio".

Entonces llamo a cada uno de mis refugios para no estar en la cueva, escucho un rato el tono de llamada...pero nadie responde nada. Entonces vuelvo a mi cueva, debo de reconocer que escuchar el tono fue reconfornante y me dio fuerzas para volver a la cueva otra vez, a mi circulo vicioso.

jueves, 23 de junio de 2011

La Doncella de Hierro.

Auxilio, el agua salada está llegando a mi garganta,
tengo que presionar a mis pulmones para que
cojan aire, para que se dignen a respirar.

Auxilio, hace frío y huele terrible en este interior falso,
quiero vomitar, el hedor es insoportable en esta
caja de hierro.

Auxilio, la Doncella de Hierro se está oxidando,
es seguro que se rompa y se derrame todo su interior.
Mi interior.

Auxilio... necesito respirar como antes,
ver el mundo como antes,
me caigo a pedazos.
Pulan a la Doncella de Hierro.

viernes, 13 de mayo de 2011

Comenzó por ocio de una jaqueca.


“Querido Blog y estimado lector:
Hoy he pretendido descargarme contigo sobre lo ocurrido hoy viernes. Hoy me sentí realmente feliz, hace mucho tiempo que no me sentía tan complacida conmigo misma y eso hoy fue evidentemente notorio en mi rostro, mi sonrisa durante la mañana y gran parte de la tarde no fue empañada por algún comentario o alguna acción.
 Todo comenzó en la tarde-noche del día jueves, donde una horrible jaqueca me apretaba el cerebro con sus manos huesudas y sus uñas largas y filudas penetraban mi cuero cabelludo. Me dediqué a pensar en diferentes cosas, prioridades, familia, estudios y futuro-¿Por qué? Porque cuando tengo jaqueca no puedo dormir o es difícil- … entonces me quedé largo rato pensando en el estudio y claro está, lo que intentaría ser mi futuro. No pensé mucho  en la familia puesto que mi única familia –fui criada con el concepto de que mi único hermano con el cual comparto ambos apellidos y ambos padres es mi única familia, y los que tengan parte de mi apellido son mis familiares- ya constituyó una “familia” en el vínculo matrimonial, entonces para mí se convirtió en un familiar… asíque ahora mi propia familia soy yo, al menos en el lugar donde vivo. Prioridades tampoco las pensé mucho puesto que las tengo bien ordenadas desde hace un periodo extenso. Estudios y futuro siempre quedo rebotando… 
 Estudio Técnico Medio en Telecomunicaciones, una entre cuatro carreras que tenía de opción, pero de la cual nunca me sentí confiada de que realmente me interesaba hasta ahora. A pesar de tener ‘buenas’ calificaciones (lo pongo entre comillas puesto que soy muy exigente con mis calificaciones, supongo que cualquier persona ‘común’ quisiera obtener mis resultados en la materia) nunca me sentí mayoritariamente interesada en lo que competía a vocación, a buscar fallas, resultados, desarrollo y reparación. Algunos veían que me quedaba pegada en instalaciones tanto eléctricas como telecomunicacionales y se reían de mi cara, a veces si era por interés, otras sólo porque suponía que saldría en la materia –y que al final y al cabo efectivamente salía-. Soy una persona calculadora, aunque mi carcasa no lo demuestre… viva teatro.
 Luego de pensar en ello, llegué a la conclusión que de verdad no era para mí el Técnico en Telecomunicaciones, que no servía ni valía más que el esfuerzo de estudiar y pasar los ramos, la práctica y jactarme de que ya tenía un título en alguna cosa y podía lanzarme con un paracaídas de bolsa nylon por un acantilado hacia el mundo laboral por un lapso de tiempo hasta colapsar por el aburrimiento de hacer algo que no me gusta y caer en esa depresión de todo adulto obligado a trabajar en algo que no quiere. Entonces me dormí placidamente.
 Resultante de toda esa –sinceramente- errónea conclusión principal (Debo reconocer que lo noté en la mañana siguiente), cuando viajaba en el bus hacia el instituto ‘escuchando’ mi habitual música matutina noté que, yo no soy del tipo de persona que hace algo que no quiere, que no soy de las que se tiran a hacer algo por un burdo interés banal.
 Entonces ahí fue donde me iluminé, recordé que cambié mi idea central de estudiar Turismo por Telecomunicaciones y peleé por ello, por un espacio, por una oportunidad de entrar en un área que se necesita mayor capacidad mental que recordar normas, números de población o cuán bonita es el área que visitan turistas. Tengo personalidad, muchas excompañeras de clase me preguntaron porqué cambié a una carrera tan ‘de hombres’ me decían y yo no les respondía, hoy si lo hice… hoy lo noté. Estudio esto porque lo encontré un reto para mí y lo más importante, porque desde un comienzo me gustó un poco, ahora la quiero. No la amo, pero la quiero, me gusta y me llena el vacío real de mi vocación, sé que no duraré mucho tiempo trabajando en esta área, pero no podré decir que no trabajé en algo que nunca me gustó. Hoy logré disfrutar completamente una clase, resolver un dilema entre líneas telefónicas, se puede ver simple, claro… a simple vista. La diferencia está en el que lo ve simple por ignorancia (sin ánimo de ofender) y el que logra que se vea simple.

Creo que si podré ser Técnico en Telecomunicaciones… Me alegra que en lo que respecta a estudios actuales lo tenga claro. Por ahora, es mi opción de estudio y ahora una opción de estudio que por fin me gusta más que ese “poquito” del principio. Esta cosa tan larga que leíste y simple, me hizo feliz." 


Se puede, se puede... yo sé que puedo. 

lunes, 3 de enero de 2011

Parte Olvidada

 He bostezado casi doce veces en quizá seis o siete minutos, me la paso mirando por la ventana, de todos modos no hay nada mejor que hacer. Creo, pienso en realidad, que en más de una ocasión deberían acabarme, sigo siendo una vil parte olvidada de una mente que tuvo un momento de creatividad, un instante, hasta puede que haya sido solamente un santiamén.
Sigo esperando como un subnormal algo que no ha pasado en meses..., que no pasará quizá nunca. Mi lindo lugar de acogida es sólo una habitación minúscula oscura, lo único que ilumina miserablemente esta agobiante morada es la pequeña ventana con la que miro hacia fuera. Que sinceramente, no veo nada, lo único que entra es luz. En este lugar no hay mucho que mirar, fuera es sólo un lugar de tonos claros y siempre desde que he estado aquí,  absolutamente SIEMPRE ha estado vacío.
He notado que la ventana ha comenzado a mermar mientras mis esperanzas de continuar han ido decreciendo, mi mejor momento que recuerde fue mi comienzo hasta que en un rincón de mi ser se escribe 'Parte 1'
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Y la ventana volvió a encoger.
Ya no sé cuando será el momento de saber mi segunda parte, probablemente no sabré nunca mi continuación, tal vez nunca debí saberla y simplemente soy un ser más que no fue acabado ni llegó a conocer su climax de vida. Supongo que las cosas son así y se deben aceptar como tal. Cosa que no puedo.
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¿Aceptarías saber que tu existencia sólo fue un fragmento de imaginación mal implementada?
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Ya no puedo, ya no puedo, ya no puedo... ¡LA VENTANA ES TAN MINÚSCULA!
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Entonces tu desesperación es tal que gritas en silencio, lloras gimiendo lamentos inaudibles, te azotas con paredes de olvidos, miras a un cielo sangrante y por un segundo olvidas todo, quien eres, que eres, donde estás. Sigues mirando al cielo como idiota. Y de pronto, por un momento, todo se transforma sabrosamente en un instante perfecto.
Luego recuerdas que no hay ventana, no hay cielo, que todo esta vacío... y vuelve a ser perfecto.
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La ventana ya no está, no existe, se fue... con mis ganas, con mis ideas, con lo que fui.
Ahora que lo pienso, sólo fui una parte... Eso, sólo una parte.
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Me siento cansado, un poco agobiado pero más tranquilo, el que no esté la ventana ya no me estresa, he tenido tiempo de hablar con una de las paredes, supongo que es la pared, no hay luz y no veo nada. Tengo buenos ánimos desde que escuché a mi creador decir '¿Lo sigo o no?' Este es el momento en los cuales el creador decide el que hacer conmigo... con la obra. He de suponer que es un momento complicado para el autor si ha dejado tanto tiempo olvidada una de sus escrituras volver a retomarla, yo eligiría por desechar el dolor de la obra. Desechandola.
En efecto, creo que mi creador se apiadó de mi... decidió por la opción que eligiría. No sabe ni sabrá cuanto afecto y regocijo siento y cuanto lo aprecio por esto.
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Mínima aclaración: Iba a hacer una jugarreta con las partes, que quien aborrecía las partes contara como iban sus sentimientos...por partes. Me sonó gracioso pero a la vez cruel, cosa que se me hizo más graciosa aún. Pero (como siempre hay un 'pero') me limité a escribirlo con separaciones de causa. De todos modos, no tenía mucho que decir.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Abuela...

 Una anciana caminaba con paso sosegado y pausado por el parque que alguna vez fue el lugar de incontables alegrías, el calor hacía denotar que la primavera estaba en todo su esplendor y que casi no faltaba nada para el verano. Sonrío ante la idea de tener que ya dejar de ver el prado verde cubierto en muchos lugares por flores y capullos, dejar de embriagarse con su aroma y con la belleza con la cual se desarrollaban para mostrarse con magestuosidad y elegancia en una armonía que para ella era inolvidable de cada estación.

 Se sentó en una banca cercana a una pequeña fuente para descansar las pobres piernas invadidas por las várices, dió un suspiro de alivio cuando poso su trasero completamente en la banca. Los niños que jugaban en los metálicos juegos hacían mucho ruido, dando grititos, chillidos, risotadas y corriendo de un lado a otro llenaban de vida a la ya agotada vida de la anciana. Una brisa tibia movió los blancos cabellos de la anciana, sonrío levemente y en su rostro se hicieron mostrar las crueles arrugas. Palpó la banca en la que estaba sentada y repasó a los niños jugando, sacó un pequeño papel y un lapiz y escribió para luego dejarlo en uno de los espacios entre las tablas de la banca.

 Dió un pequeño y casi inaudible gemido al levantarse de la banca, al parecer sus huesos no le acompañaban en su triste tarea de vivir el día a día. Después de que sus huesos asimilaran su peso, la anciana comenzo a caminar por el parque otra vez...esta vez de salida, mirando por última vez en
"Confundido sea el que no entiende mis palabras porque eso estaba predeterminado desde un comienzo en este viejo papel"

sábado, 13 de noviembre de 2010

...

Cada vez me voy dando cuenta de que esas personas me van decepcionando cada vez más con su accionar y sus palabras. ¿Y yo qué hago?, decepcionarme en silencio para esperar. Esperar como un cuervo la carroña o que el animal herido muera, para alimentarse de él sin necesidad alguna de hacer el mínimo esfuerzo.


A menudo me pregunto qué será lo que en esas ilusas cabezas piensan de sí mismas y de lo que opino al respecto...supongo que más de algún reproche se darán mentalmente, pero como es típico del humano, vuelve a cometer la misma idiotez que cometió desde un principio...si es que no aprendió la lección con un golpe fuerte. Aunque la verdad, yo creo que eso es una patraña absoluta.


Como un ser muy querido mio me dice y recalca siempre con su voz de viejo sabio: "El ser humano es el único animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra... por muy 'racional' que pueda ser, no deja de ser un idiota". Y ciertamente, estoy de acuerdo con esa persona y comparto su visión en una amplia mayoría.

Hay cosas de las que no puedo olvidar con la habilidad que me dediqué a desarrollar en mi infancia, por mucho que intente no puedo olvidar a las personas que, de alguna u otra forma me decepcionaron con alguna cosa...al igual que yo a ellas o a mi mismo ser. Sin duda, por ahora la decepción forma parte de mi vida y parte de la vida de los demás, decepcionar/ser decepcionado, se mezcla en cada una de ellas y cada uno decide, al final y al cabo si correríamos el riesgo de volver a tropezar con la misma piedra.

Y tú, ¿Cuántas veces haz decepcionado y te haz decepcionado?... al menos yo, sé que perdí la cuenta, porque jamás llevé una.

domingo, 10 de octubre de 2010

Y continúa...

Los recuerdo de ese nefasto día vuelven con la suavidad de un saco de piedras.

"-¡Me prometiste!, ¡me lo prometisca maldita sea!- Gritaba mientras un tumulto de gente le afirmaba de los brazos, sus ojos, bañados en lágrimas reflejaba la desesperación de cuan dolida estaba.-¡lo hiciste y no cumpliste!


La gente que la sujetaba no le dejaba paso y eso le afectaba el doble, más angustia crecía en su pecho, más desesperación sentía. Los demás no sabían cuanto daño estaban haciendole sentir cada vez que le decían "Calmate, relájate"... no sabían cuán importante fue quien, ahora dentro de un cajón, la dejaba sola...sola.


Sin duda él era su único refugio quien ahora, frío e inmovil ignoraba cuanto dolor había dejado impregnado en ella y quizá cuántas personas. Cuando por un momento, corto, la sueltan en su mente retumbó la promesa que ella le dictó en una ocasión 'Si tu te suicidas, yo te pateo el cajón hasta que te despiertes', ella era persona de palabra y cumpliría su promesa. Corrió hasta el cajón y le dio una fuerte patada, la gente al rededor no supo como reaccionar, nadie se esperaba o sabría reaccionar cuando una persona patea el cajón de un ser querido.


-¡Despierta infeliz y da la cara!- lo pateó un par de veces más, el cajón solo se movía un poco, la nada misma y a cada patada que ella le daba al ataúd, era como si pateara su corazón una y otra vez -..¡Despierta por favor!, ¡te estoy diciendo que te despiertes!- gritaba una y otra vez, pero no había respuesta.


Nadie en el alrededor hizo nada, ni siquiera la familia se movió, tal vez también ellos querían patearle el cajón a ver si despertaba y todo volvía a se un mal sueño. Las piernas le tiritaban y las sentía acalambradas, se dejó caer al piso y lloró con vehemencia, las lágrimas caían hirvientes por sus mejillas y sus ojos le pesaban del cansancio de llorar...estaba cansada, su tristeza se estaba riendo en su cara al verla de esa manera tan endeble. La madre del muchacho que dormía en tan incomoda caja le puso una mano en el hombro, mientras ella seguía llorando en el piso como si le hubieran arrancado un trozo enorme de vida. Miró a la madre del muchacho con tristeza y pidiendo una exculpa por aquel alboroto causado.


La madre le dio unas palmaditas en el hombro 'ya no vuelve, pequeña... ya no vuelve. Mi niño se adelantó en su marcha, no hagas lo mismo tu...sabes cuanto te quería'. La punzada que sintió en el pecho fue indescriptible, la madre de su amigo tenía razón, él no volvería aunque viajara al limbo por él, porque de partida no quizo estar aquí. Se levantó del piso y se fue del funeral."

No fue al entierro, no tuvo fuerzas para ello, decir que estaba bien a cada momento la tenía más y más cansada. No fue a la escuela, ese día se prometió no volver a depender tanto de una persona.

"La vida continúa... al menos la mía."